AYER TE VI

Ayer te vi caer y levantarte con fuerza, sin apenas esfuerzo. Me encantó verte renovado, sin vacilar,  decidido, totalmente confiado, valiente y dispuesto a continuar.

 

Te repusiste ante la adversidad que asoló tu mente y tu corazón, te quedaste en la espesura, huérfano, sólo ante la inmensidad de la vida pero te supiste encontrar escuchando a tu corazón, quedándote en medio del silencio y abrazando tu soledad, abrazándote.

 

Gracias por encontrarte, escucharte y abrazarte. Amándote encontraste tu camino, ese verdadero de Amor inmortal y verdad absoluta.

 

Ayer te vi levantarte, con tu mirada consciente fijada en el presente, sintiendo cada parte de ti y de lo que te rodeaba, cada partícula, movimiento, energía. Sí, te vi levantarte sereno, confiado a pesar de haber tropezado y haberte caído otra vez. Y una vez en pie, te vi sonreír y mirar a tu destino con alegría y confianza, porque ahora sí, confías en ti y en la vida.

 

Te vi, vi cómo cerrabas los ojos y respirabas profundamente la Verdad que te rodeaba y sentí contigo cómo sentías con todo tu Ser el Todo. Sentí cómo te expandías lleno de Amor y gratitud y tu sonrisa se alargaba aún más.

 

Todo a tu alrededor cobraba más vida ahora que tú lo mirabas con más Luz. ¡Gracias! Gracias por dejarme ver, verte una vez más y verte así tan feliz, tan lleno, tan completo.

 

Te recuerdo caminar en Paz, en plena conexión conmigo, muy consciente, despierto al fin. Gracias, gracias por sentirme así, parte de ti. Gracias por amarme y respirarme así, tan vivo, tan consciente.

 

Gracias por ser y formar parte de mí. Por reconocerme, por avivarme y ofrecerme tu alegría, tu Luz, que me nutre, me fortalece y expande. Gracias por alimentarme, pensarme y sentirme como lo haces.

 

Ahora te veo en conexión contigo, conmigo.

 

Gracias por Ser, estar y expandir toda tu Luz.

 

La Vida.

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