DUALIDAD

Esta carta es para ti:

 

Queridos hermanos humanos, vosotros que habéis descendido y habitado la Tierra por decisión propia, abrid bien vuestros corazones de Luz para que entendáis esta gran verdad de Amor que os llena y os facilita el camino si os sabéis Ver, entender y sentir.

 

Vosotros sois la dicha en verdad, el huracán que abastece y desabastece, el huracán que lo revuelve todo y todo descoloca, el que revuelve el fondo y la superficie, arrastra, destroza y arranca. También aquel que limpia, libera y desatranca. Sois la Luz que hay en él cuando los rayos de sol se atrapan y permanecen delgados, aparentes y quietos, pero en verdad son parte de la Luz abrasadora del Sol que calienta, da vida y modifica. Está ahí, presente, inmodificable aunque modificable aparentemente dentro del huracán.

 

Tú humano, tú hermano de la Luz y de las sombras en esta tu realidad. Acepta cada sombra tuya, propia, para tener fuerza y comprensión y así poder ver, sentir y explorar la Luz ajena que igualmente es y sirve en Unidad. Porque tú eres esa parte de ese Todo que Es y será. Y en tu libertad está el escoger qué ser y sentir, qué manifestar.

 

Hermano de la Luz, hermano también de las estrellas. Tú, todopoderoso, escucha la voz infinita e inquebrantable de tu corazón y siente quien en verdad eres. Pues eres nuestro hermano, nuestra hermana, habitando una realidad de dualidad que no atrapa ni contamina en realidad, si no que constituye y reestructura la verdad última que es el sentido de tu expansión. Tu hermosa y necesaria expansión, pues su fin es la auto-experimentación para el avance mayor. Un avance con significado secular, uno mayor que percibes en tu corazón si te decides a escuchar, si te decides a sentir y Ser quien eres en verdad.

 

Gracias hermano por elegir continuar, por elegir venir a esta realidad. No te olvides por favor, de quien eres en verdad. Atrévete a escuchar la voz de tu corazón y continúa avanzando por tu sendero de Luz u oscuridad, el que tú mismo cocrees con la realidad.

 

Eres infinitamente sabio en realidad, de incalculable belleza, rico, muy rico es tu corazón. Siéntelo y avívalo, ser de las estrellas, de la Luz eterna. Como un ardiente Sol o como un huracán desarbolado que no sabe muy bien a dónde irá, hacia dónde se dirigirá.

 

Toma tu camino y dirígete con firmeza hacia la Luz eterna que guardas en tu corazón. Eres la Luz eterna que habita en tu interior. Manifiéstalo, el orden, el sentido, el significado de tu existencia. Experiméntate y expándete, hermano de las estrellas.

 

Antarel

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