No estás sólo en el camino, me tienes a mí, que eres tú mismo, sólo un reflejo de ti, de quien eres, una parte más. Aprende a aceptarme y, por lo tanto, aceptarte a ti mismo. Vives en concordancia con la realidad si no te resistes y aprendes, una vez más, a aceptar y fluir con la vida. No se trata de resignarte sino, de abrirte a la Vida, a experimentar, pues a eso viniste. Viniste a experimentar y continuar expandiéndote a medida que creces, que aprendes, que te das cuenta, que comprendes; y así te alimentas de ti mismo, pues todo lo de fuera es un reflejo de ti, por eso, primero es dentro y luego fuera. Encuentra las señales, la información y el significado más profundo que está delante de ti. Abre tu mente y las compuertas de tu corazón al mundo, a experimentar, no temas y ábrete a la Vida, tú eres la Vida, ¿por qué te temes? ¿A qué tienes miedo de ti mismo? ¿Qué parte de ti? Aún no has alcanzado a entender que no sólo formas parte de la Vida, TÚ ERES LA VIDA ENTERA, TODO LO QUE ES. Fluye junto a ésta utilizando tu poder: tu conciencia despierta, tu apertura. Di sí a la Vida y comienza a experimentar una vida distinta, más plena, con más sentido y felicidad. Porque hay un sentido mayor, sólo que aún no te has dado cuenta, tu mente no lo ha percibido, se resiste, pero tu corazón bien sabe que así es. Así que, date la mano a ti mismo y sal a pasear libremente, sin estrés, acepta el juego de la vida y sal a jugar, acepta las reglas del juego. No, no estás sólo, no estás sola, lo tienes todo, siéntelo en tu corazón, con todo tu Yo, tu esencia divina, con todos tus yoes y disfruta de la Vida. Sí, la Vida eres tú.
Valiente, disponte a hacer lo que viniste a hacer, distráete o corre, niégate o derrúmbate, si así lo prefieres, las reglas del juego te permiten elegir lo que quieras. ¿Te vas a dejar vencer sin descubrir lo que hay más allá? ¿No es mejor jugar y divertirse en el juego? Reaprende a disfrutar. Deja de hacer sin más imbuido en la inercia y sal a descubrir lo que está para ti y tu alma te revela; ¿Qué te dice tu corazón? ¿Qué tu mente? ¿Actúan al unísono? Une tu mente y tu corazón, conecta con tu voz interior para saber navegar y encontrar tu dirección, hacia ese lugar al que aspiras. Sé navegante y encuentra tu lugar, tu brújula interna te ayudará. En mitad de la tormenta, en medio de la oscuridad, allí estará ella, sonriéndote con profunda paz para guiarte en medio de la tempestad más violenta. No desistas si te caes, si naufragas, si te hieres, porque entonces también estará, tan sólo escúchala para volver a tu hogar, al lugar que te espera, a aquellos lugares, personas y circunstancias que te ayudarán a crecer, a expandirte, a sentirte libre. Vuela si acaso es lo que quieres, puedes elegir, convertirte en un ave que vuela libre, en total libertad, con calma, con una increíble perspectiva, desde ahí arriba puede llegar con más facilidad allí a donde desea ir, o reunirse con quien se desea encontrar. Da igual la manera que elijas, lo importante es que experimentes, que crezcas, pues todos los caminos te ayudarán. Sé paciente contigo mismo, mírate con comprensión y Amor, trátate de igual manera. Reconoce tu valor y también tu responsabilidad, pues depende de ti, en verdad, volar o naufragar, navegar y hacerte libre, o herirte en la tempestad. De ti depende. ¿Cómo acostumbras a pensar? ¿De qué calidad son tus pensamientos? ¿De qué tipo son? Autoobsérvate para darte cuenta y cambiar o transformar lo que haga falta, valiente. Tú sabes en verdad, escucha a tu brújula interior, te dará las coordenadas. Valiente y sabio a la vez eres. Descúbrete valiente y sal a navegar, a volar, a experimentar y disfruta del viaje.
Atentamente,
vuestros hermanos guías.
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Judit (martes, 16 julio 2019 13:19)
Precioso!