Los anhelos no son deseos, son en verdad los mapas del alma. Ellos te guiarán para encontrar, para hallar. Hallarte a ti mismo en primer lugar y así después, hallar tu misión a desarrollar. En verdad, siempre estás en misión, pues forma parte de ella encontrarte a ti mismo.
¿Qué te planteas hacer con tu vida? ¿Qué harías si te estuvieras muriendo? ¿Qué crees te replantearías? Piénsalo por un momento, ordena tu desorden interior.
No estás sólo en tu travesía, nunca lo estás. Y aunque te sientas solo, siempre te darán la mano, mira bien, observa en derredor, el Amor no abandona a nadie. ¿Deseas recibir Amor? Ábrete a él, sin más, siéntete merecedor y siente la calma de saber que asistido estás y estarás.
¿Tiene sentido tu vida actual? ¿Qué sentido le das? ¿Qué deseas hacer con tu tiempo sobre la Tierra? ¿Qué estás buscando en realidad? Te buscas a ti mismo sin cesar. Ser de Luz eres pero no lo recuerdas, te dormiste y no despertaste aún. ¿Qué estás haciendo para despertar? ¿Lo intentas?
¿Qué deseos albergas? ¿Qué anhelos? ¿Conoces la distinción entre anhelo y deseo? Te la voy a explicar: el deseo proviene de la mente, del ego, del subsuelo. El anhelo proviene de lo alto, de una elevada vibración, la de tu alma, que aspira a la Luz, volver al hogar. Antes de volver a casa, sabe que ha venido a lograr, a dar, a ser sin más, como una araña, un saltamontes, una cabra, un elefante, un tigre, una planta como la ortiga, la salvia… Has venido a encontrar en la sencillez la naturalidad del Ser. Tu humanidad te hará libre cuando comprendas que ya eres libre en verdad.
¿Te apetece respirar en libertad? Elige la Paz.
Son los mapas de tu alma, te ayudarán a encontrar, a hallar tu final, para después continuar. Hay muchos finales distintos, mucho que explorar, mucho que hallar. ¿Aceptas ahora? ¿Quieres descubrir más? Es sencillo, ponte a explorar, disponte a ello y así será. Abre tu corazón al Amor y dale la mano a la Luz que te guiará siempre.
Una cosa más, los anhelos no te consumen, te nutren. No te sacian, te llenan completamente y te traspasan para que los puedas mostrar y dar al mundo. De ellos se alimentan los demás. Y como reflejos os atraéis. Das y recibirás, como un efecto que siempre retornará, que se ha de dar por consecuencia natural. Tú eres la consecuencia natural de tus actos, que surgen de tus pensamientos y emociones. Autoobserva con calma para hallar y avanzar más. Perdónate, acéptate y disponte a transformar. La Luz es en ti ya.
Un abrazo desde la Luz, vuestros hermanos,
Arcángel Gabriel, Miguel, Azrael y Ezequiel.
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Verónica Velázquez Parro (sábado, 21 septiembre 2024 18:55)
quiero saber más de la anhelo porque es un camino que llevo recurriendo verónica gracias