RECONEXIÓN

Vuelve a conectar con tu corazón, vuelve a ti, a tu verdadero tú. Reconecta con tu Ser.

Si surgen las lágrimas, deja que caigan, déjalas brotar de forma natural, son necesarias para calmar tu dolor, para volver a ti. Éstas te ayudarán a conectar con otras partes de ti que están enterradas y necesitan volver a vivir, revivir.

Conecta con el gran poder que hay en ti, con tu capacidad innata de Amar, de amarte, para que te puedas comprender y perdonarte, para que hagas lo mismo con los demás. Para que halles más Paz.

Vuelve a ti y traspasa así el portal de la transformación, la gran luz, iluminándote a ti y a los demás, porque los demás, todo lo que hay alrededor de ti, son una proyección, una prolongación de ti. Ilumínate e ilumina así lo que hay más allá de ti.

¿Te sientes apagado o apagada? Explórate, encuentra las heridas aún no sanadas, atrévete a encontrar los abismos de tu alma, los rincones más oscuros, aquello que rechazas, que no quieres ver. Si huyes, te estarás dando la espalda y caminarás ciego o ciega y te guiará el dolor. Vagarás hambriento, hambrienta de Amor sin tú saberlo. Reconoce las heridas no sanadas, y cúralas con Amor. Después baila en medio de la oscuridad y entre la bruma con tu corazón resplandeciente. Crece, transfórmate. Ilumínate.

Recupera tu poder. Siente la Luz que te alumbra y te da calor, está en tu interior. Tu corazón es la antorcha que te guía. En verdad sabes el camino y lo que viniste a transitar. Permítete avanzar. Atrévete a moverte en la oscuridad.

Si observas bien, te darás cuenta de que no estás solo o sola en el camino. Hay más luces alrededor, algunas, queriendo iluminarte y otras, traspasando diferentes portales y avanzando también en medio de la oscuridad, como tú.

Tú diriges los pasos en tu camino, tú creas tu camino, pon atención en cómo te desenvuelves en él, en cómo avanzas, de qué manera. Ilumina tus pensamientos y sal de la trampa.

Vuelve a ti.