Claridad hay en ti cuando te encuentras en tu Paz. Cuando decides escucharte y atenderte con mucha atención. Cuando te conviertes en tu prioridad. ¿A qué esperas? Sal ya de tu zona de confort y busca tu herida, encuéntrala y sánala con todo tu Amor. Sana tus heridas y conoce sus causas para que puedas sanarlas desde la raíz y no vuelvas a repetir la herida.
Pregúntate: ¿Qué me quiere decir? ¿Por qué está ahí? ¿Por qué me duele tanto?
¿Cómo hacer para sanarla? Escuchando en lo más profundo de tu corazón, en tus abismos, en tus raíces enmohecidas, ensangrentadas, mustias, infectadas. Ahí justamente, donde no quisieras mirar. Ahí es donde has de buscarte y sentirte para que te puedas hallar de verdad. Esa parte de ti misma de la que deseas escapar. Esa que niegas, que te da rabia, esa que consideras fea y quieres cambiar o matar. Ésa precisamente es la que más has de amar.
Ámate a ti misma. Conócete de verdad. Une todas tus partes. Eres un Ser perfecto ya.
Tus luces, tu negrura, cada sombra, ámala. Compréndela, compréndete, querida niña, hermosa mujer. Tú, querido hombre, hermoso niño.
¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a responsabilizar de tu propia vida? ¿De tus heridas? ¿Te vas a ayudar a ti misma? ¿A ti mismo? ¿Qué vas a hacer contigo?
Yo estoy aquí contigo, yo, Jesús de Nazaret. Y siempre estaré.
Te doy la mano como amigo, como hermano, como esencia de vida que te quiere ver crecer y evolucionar hacia tu esencia divina. Eres Luz, divinidad. Aprende a amar también tu humanidad.
No estáis solos en el camino. Sentid el Amor que por vosotros tengo. Sentid el Amor.
Yo estoy contigo. Nunca estás solo en tu camino.
Tu amigo,
Jesús de Nazaret.
Escribir comentario