¿Qué es para ti fluir?
Atraviesa tu bruma montada en tu caballo blanco con alas y disfruta. Aprende de tu cabalgadura. Pues mientras cabalgas, muchas cosas ocurren en el camino. Aprende a adaptarte a tu camino, sea como sea. Salta piedras o troncos malheridos. Sube hasta las nubes y planea cerca del arcoíris, recárgate así de energía y descansa mientras vuelas. Después puedes volver a la tierra y seguir cabalgando, muy presta y veloz. Párate si es necesario también para coger fuerzas, para beber del río o contemplar una hermosa flor. Después continúa avanzando, más despacio o más deprisa, como sientas tú, pero siempre avanzando a tu ritmo. El Sol siempre estará al final del camino para guiarte, es tu estrella polar.
Fluir es ser tú siempre en tu camino y moverte ágil y veloz hacia donde quieres ir, hacia donde anhela tu corazón. Vuela, trota o galopa. Camina junto a tu caballo blanco si lo prefieres, pero recuerda que todo está bien así. Cada parte de tu camino, lo que ha sido, quien eres ahora y quien fuiste. Quien serás también. Permítete explorarte y explorar el camino a su vez.
Maestra eres de tu propio caminar. Escucha más y con atención lo que sucede al cabalgar, caminar o volar. Siente la brisa y huele profundo, pues muchos elementos están ahí para señalarte, guiarte, inspirarte, motivarte… para recordarte que todo está bien. Que si te mueves grácil sin resistirte al avance, siempre llegas a tu destino.
Estamos contigo. No estás solo en el camino.
Sí, fluir es ser así. Libre de elegir.
¿Quién crees que es tu caballo blanco?
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