CARTAS PROYECTIVAS
Las cartas proyectivas no deben ser confundidas con las cartas del tarot u oráculos. Son herramientas terapéuticas utilizadas por profesionales de diferentes campos como el de la salud y la educación. Se fundamentan en la Teoría de la proyección de Freud, el concepto de Apercepción Analógica de Husserl y el concepto de esquemas disfuncionales (Trampas Vitales) de Jeffrey Young.
A través de las cartas proyectivas, podemos acceder al inconsciente de una manera fácil, sutil y rápida. Las imágenes de las cartas y las palabras, estimulan proyecciones del inconsciente. Al exteriorizarlas, verbalizarlas y ser tratadas junto al terapeuta, ofrecen una información muy importante para que podamos encontrar el origen inconsciente de un problema y su solución. En las sesiones, afloran lo que más urge resolver o sanar para nuestra psique y encontramos posibles soluciones.
Te llevan directamente a donde necesitas ir, para escuchar lo que necesitas escuchar, para comprender lo que necesitas comprender, para darte cuenta, ser consciente y así poder integrar y sanar.
Son una herramienta potente, directa, que genera "insights", profundas revelaciones del yo. Conduce a las raíces del problema o bloqueo y a las soluciones. Es la propia persona la que se cura, la que encuentra la raíz y la solución, el terapeuta acompaña y guía el proceso.
Cada sesión te hace ver en profundidad, con claridad y prontitud, lo que tu psique y tu alma necesitan. Sale a la superficie aquello que no logras ver, y también aquello que sí ves pero no con la suficiente claridad para entender y resolver. Todas las sesiones, sin excepción, son reveladoras, sorprendentes e intensas.
Es un camino para comprenderte y reencontrarte. Para liberarte y sanarte. Para dejar de estar perdido y accionarte hacia la solución. Para encaminarte hacia tus deseos, tus anhelos y tus sueños. Sin miedos, dudas o desconfianza. Para aportarte la energía, sabiduría y fuerza necesarias para iluminar tu vida y ser feliz.
Las conductas o pautas de comportamiento que necesitas transformar se te revelan, aquellas inconscientes que no ves pero se manifiestan, y aquellas conscientes que deseas modificar y entender para transformarlas. También se muestran tus puntos fuertes, esos que quizá no veas ni valores, esas facetas de tu personalidad maravillosas que te ayudan a potenciar una vida más plena y feliz. Por ello, es un camino que te muestra quién realmente eres y qué necesitas para encontrarte, para reencontrarte. Te muestras a ti mismo desde tu propio discurso, desde tus proyecciones, que te ayudan comprender, para saber cómo actuar y desde qué perspectiva, desde una consciencia profunda de tu Yo más sabio, fuerte y dispuesto.
Existen diferentes mazos de cartas proyectivas, las que yo utilizo son las siguientes:
- Las cartas proyectivas OH son las primeras que surgieron y son las más utilizadas por ser las más versátiles. Su creador Ely Raman, profesor de arte y pintor, las creó en 1981 y en 1983, conoció al psicólogo humanista Moritz Egetmeyer que supo ver en ellas una herramienta terapéutica que posteriormente difundió por todo el mundo. Están traducidas a más de 15 idiomas, se utilizan en más de 36 países y son utilizadas por diferentes profesionales como psiquiatras y psicólogos. Se las denomina OH por la exclamación "¡Oh!" que los pacientes expresaban durante las sesiones tras experimentar insights. El mazo consta de 88 cartas-imagen y 88 cartas-palabra, 7744 combinaciones posibles.
- Las cartas proyectivas Cope son más específicas y se centran en el trauma, por lo que se utilizan más concretamente para trabajar experiencias traumáticas, sacarlas a la superficie para que puedan ser transitadas y liberadas. Sólo así, liberándolas de la represión, dejan de ejercer control en nuestras vidas que suele manifestarse de forma inconsciente. Consta de 88 cartas-imagen.
- Las cartas proyectivas Tandoo se utilizan en el ámbito de la pareja, en cualquier etapa o circunstancia de ésta. Consta de 99 cartas-imagen y 44 cartas de acción.
Realizo sesiones presenciales y online (Skype) y duran entre una y dos horas, dependiendo del caso.